Festival de verano

Esta semana fue de melancolía, empezo el lunes (extrañamente) cuando Daniel dijo que se iba a ver juegos pirotecnicos en el simoncho y yo me acordé de las veces (y la gente con la) que habia ido al mismo plan y caí en una trampa de la nostalgia.
Me dí cuenta que me hubiera gustado ir, no solo a ese evento sino a varios, pero que me faltó con quien ir (sin tener que servir de violinista) y esta semana no hubo con quien pero eso no me amargó, estando tan cerca del viaje, eso sería una complicación.
Tambien me dí cuenta parece que ya no voy a tener tiempo para recorrer Bogotá como turista y si alguien me pregunta por Bogotá voy a tener que contarle sin mostrar fotos, pero bueno, gajes del oficio. El resto de la semana fue parecido, viendo en noticias los eventos del festival, acordandome de las veces que he ido a eventos de ese estilo, recordandolos y extrañando a la gente que me acompañó en esas oportunidades.
Me imagino que tendré que irme acostumbrando a que la gente me haga falta, a no poder verlos cuando quiera pero a creer/saber/sentir que siguen ahí.